Esto se debe al siguiente proceso que nos cuenta Pablo Redondo.
EL ÁCIDO LÁCTICO
El ácido láctico proviene de la descomposición de glucosa cuando no hay
presencia de oxígeno ,es decir, en un ejercicio anaeróbico como sería el levantar pesas o correr a velocidad
elevada, donde hay mucha intensidad y poca duración. En condiciones normales
ese ácido láctico, cuando estamos entrenados se reutiliza y no hay mayor
problema.
Pero cuando seguimos con intensidad un ejercicio, el ácido
láctico comenzará a acumularse al no darle tiempo al organismo a retirarlo.
Esto provoca la acidificación de fibras musculares, que tiene dos consecuencias
importantes:
-Se inhiben las enzimas
encargadas de romper la molécula de glucosa para obtener energía, por lo que se
nos corta el grifo energético de esta vía y como sabemos, si no hay energía, no
hay movimiento.
-Se impide que el calcio se una
a las fibras musculares y consecuentemente se anula contracción.
Por tanto, cuando hay mucho ácido láctico en el cuerpo,
no tenemos ni energía ni capacidad para contraer los músculos, esto no es otra
cosa que fatiga y lo mejor que podemos hacer es parar el ejercicio o actividad.
Pero a pesar de todo esto, dicho ácido posee alguna
ventaja como la de contrarrestar la fatiga muscular en cierta medida, paliando
los efectos del aumento de los niveles de potasio.
Aquí os muestra una imagen en la que se muestra como
sucede todo este proceso:
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